Es indiscutible el impacto que las nuevas tecnologías tienen sobre la eficiencia, la productividad y la capacidad de innovación de las empresas.
Las nuevas tecnologías posibilitan las soluciones escalables, las formas de pagos flexibles y/o bajo demanda…
Además la Red (tanto desde el PC como desde los smartphones y las tabletas) constituye nuevos canales de venta que permiten a muchas pymes una internacionalización que, de otra manera, nunca hubieran podido permitirse.
Las nuevas tecnologías permiten descubrir cada días nuevos modelos de negocio aún por definir.
La evolución continua y vertiginosa de la demanda de los consumidores obliga a las empresas a buscar modelos organizativos y productivos más flexibles, Esta flexibilidad necesaria y exigida sólo puede obtenerse a través de la tecnología.
Las tecnologías de la información y comunicación (TIC) aportan más del 40 % del crecimiento anual de la productividad en la Unión Europea y de casi el 25 % del impulso del PIB.
Otros cálculos apuntan a que, por cada euro invertido en banda ancha, el producto interior de un país gana 3 euros.
Sin duda, la banda ancha en las telecomunicaciones, la domótica, el desarrollo de soluciones imformáticas personalizadas para pymes (pequeñas y medianas empresas) y la seguridad tecnológica, son alguno de los sectores más pujantes.