La empresa familiar, al contrario de las grandes empresas multinacionales, son fieles a sus raíces (al lugar en que nacieron).
Las MULTINACIONALES tienden a la DESLOCALIZACIÓN en función de la rentabilidad (bajos costes laborales, ventajas fiscales, materias primas baratas etc..) mientras que la EMPRESA FAMILIAR echa raíces en el lugar en el que nace y permanece fiel durante su existencia.
Las empresas familiares son empresas comprometidas con un PROYECTO EMPRESARIAL. Muchas de las pequeñas y medianas empresas (PYMES) españolas son empresas familiares.
Los problemas que acucian a las empresas tradicionales de corte familiar son fundamentalmente:
- – El CAMBIO GENERACIONAL
- – El aumento de dimensión a la hora de ABRIRSE a otros MERCADOS (mercados exteriores).
La TRANSMISIÓN del negocio de padres a hijos siempre supone un fuerte impacto (cambio de filosofía empresarial) que se ve agravado por la succión de recursos económicos motivado por la herencia y el Impuesto de Sucesiones que en algunos casos produce la práctica descapitalización de la empresa.
Trás el cambio generacional el proceso de sucesión y el intento de conquistar la continuidad de la actividad se plantea un serio RETO en la empresa:
– la implantación de medidas necesarias de MODERNIZACIÓN para que la compañía sea COMPETITIVA en un nuevo entorno.
Para ello será necesario tomar algunas decisiones.
Por ejemplo:
- – Reorganizar la plantilla
- – Introducir innovación en la gestión (es recomendable recurrir a un equipo directivo (gestores) no familiar que asegure la profesionalidad y los conocimientos adecuados)
- – Introducir innovaciones tecnológicas etc…
Es por ello necesario saber conjugar los intereses económicos de la empresa con los intereses familiares, en los que siempre está en juego las fuerzas emocionales intrínsecas al proceso sucesorio.