El nuevo empresario tiene que aportar parte de la inversión. Un total del 40 % de la financiación deberían ser recursos propios aportados por el emprendedor, su familia o amigos.
Sin embargo, el capital más seguro para una nueva empresa llega a través de la venta de sus productos y servicios a sus clientes. El objetivo es por tanto, conseguir cuanto más clientes mejor, que le proporcionen más ingresos…